Dreamachine

“Had a transcendental storm of colour visions today in the bus going to Marseilles. We ran through an avenue of trees and I closed my eyes against the setting sun. An overwhelming flood of colors exploded behind my eyelids; a multidimensional kaleidoscope whirling out through space. I was swept out of time. I was out in a world of infinite number. The vision stopped abruptly as we left the trees. Was that a vision? What happened to me?”

-Brion Gysin

Dreamachine, la máquina de los sueños. Sabía de su existencia, pero nunca la había experimentado. Hasta había conseguido un template de 37 x 33 pulgadas para elaborarla yo mismo, pero nunca había tenido el tiempo para hacerla. De hecho, probablemente no la haría nunca si no tuviera un fundamento para probar que verdaderamente funciona, pero hace dos semanas pude comprobar su eficacia con mis propios ojos.

Una máquina de sueños es fundamentalmente una máquina que produce parpadeos de luz. Funciona al hacer girar un cilindro con ranuras en su diseño alrededor de una fuente de luz (foco) para generar un efecto estroboscópico. Ahora, lo maravilloso de esta máquina es que para que el efecto funcione, el observador debe ver al dispositivo con los ojos cerrados.

 

 

La luz estroboscópica, oscilando entre 8 y 13 Hertz, induce actividad de ondas alfa en el cerebro, un estado comúnmente asociado con el sueño. Es por esto que cuando la persona hace uso de una máquina de sueños, ella puede ver figuras y colores, o hundirse en un mar de sensaciones y experiencias antinaturales (claro, no es un efecto muy recomendable para personas propensas a los ataques epilépticos).  Brion Gysin e Ian Sommerville descubrieron el potencial de este efecto y diseñaron la primera dreamachine.

Suena muy fantasioso, pero como decía, tuve la inesperada fortuna de atestiguar los efectos de la máquina de sueños hace muy poco. En una visita impuesta al MUNAL de la clase de “Arte Contemporáneo” (sí, lo se), caminábamos por la colección JUMEX (SI, LO SÉ). Mientras el profesor comentaba alguna otra obra vi a la máquina de sueños a lo lejos, ignoré al maestro completamente y llegué a la instalación. La máquina de sueños estaba al centro, con cuatro asientos alrededor, el autor de la instalación: Cerith Wyn Evans.

La probé por varios minutos, podía sentir las oscilaciones de forma física. En poco tiempo el grupo llegó a esta instalación y noté como el profesor no sabía del propósito de la máquina de sueños. No recuerdo exactamente sus palabras, pero hacía creer que la máquina no era más que para producir un patrón cuasi-hipnótico asociado a lo estético.  No decidí corregirlo, yo estaba en lo mío, solamente compartí mi conocimiento con una amiga llamada Tania (y aún así no se si me expresé correctamente).

Salí de la exposición completamente atónito, con la necesidad de ir de nuevo y con la idea de crearme un dispositivo de este tipo. Quizás alguien de ustedes guste acompañarme la próxima vez que vaya.