Error es creer que una respuesta se encuentra del otro lado del Atlántico. La posibilidad de crecer nos ha dejado inmersos en malas definiciones de recuerdos abstractos, nos regodeamos en lo que creemos que somos y dudamos al creer que podemos ser diferentes. Pero la vida de quienes no buscan respuestas no merece llevar por nombre un estandarte.
El lascivo beso de un vaso de whiskey me recuerda quién soy; pero una humillación inocente funciona como catalizador para el definir qué es lo que quiero ser. Ahora la respuesta se encuntra mucho más lejos. Dicen que las cosas se encuentran mejor cuando no las estás buscando; yo hasta hace algunas horas no buscaba una respuesta.
¿Respuesta a qué? A nada en específico, pero permea ideas que pretenden descifrar el significado de la vida. No de manera directa – pero si buscando la llave que permita abrir la puerta del auto-análisis. Mientras tanto, estoy absolutamente seguro que habrá cosas que tengo que cambiar.
Llevo una semana de cinco en Europa y estoy seguro de que no regresaré siendo el mismo.
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