Este disco lleva más de un mes en el internet y “olvidé” emitir un comunicado al respecto. Es algo considerablemente absurdo, porque yo aprovecho cualquier oportunidad para egolatrarme.
Trenches of the Holy nació cuando todavía tenía tiempo de ser un ocioso. En su versión original (de calidad ultra-chambona), el disco salió solamente 7 meses después que su predecesor “The One Hue”, y sólo dos semanas después de que saqué un EP llamado “Karma Can’t Buy You Satellites”. Pueden estar seguros de que cuando digo que era un ocioso, tenía completa razón. (Es curioso, porque el gap entre el disco uno y el disco dos fue muy corto en comparación al abismo entre el volumen 2 y el volumen 3, que se sigue abriendo.) En ánimos de meterme a una descripción de lo que fue grabar el disco y la maravilla de su contenido, dejaré de decir tonterías.
Al día de hoy, creo que Trenches of the Holy es el mejor disco de mi autoría, o al menos el que tiene contenido más variado. Y no, hijo mío, cuando digo que el contenido es variado, no significa que encontrarás diferentes pinceladas de ritmos latinos, jazz o pop, más bien me refiero a que el disco es dinámico (y debía serlo, ya que dura poco más de una hora).
Sigo sin saber hacer una descripción buena al intentar definir mi música; Yo la llamo “experimental”. No quiero decir que estoy haciendo locuras como mezclar drone con power-pop con mi supremo conocimiento musical, más bien es todo lo contrario. La mitad del tiempo no sé que estoy haciendo (es por eso que tengo gigas y gigas de música a medio cocinar), pero considero que al final del día tengo buenas ideas, y es el ejercicio o experimento musical lo que me permite llamar a mi música de ese modo. Y casualmente, creo que si suena medio-experimental.
Lo había dicho en una descripción hace eones: No es algo que hayas escuchado, pero es justo lo que esperarías de mi. A menos de que no me conozcas, pero eso es otra cuestión.
El disco.
Desde un principio dije – antes de ponerme a grabar - “Este disco tendrá 9 canciones y durará más de una hora”. A diferencia de los discos construidos bajo el nombre de Manuel Cervantes, los volumenes 1 y 2 de Stabilimentum estaban predestinados a ciertos parámetros – por meros fines del continuum de Stabilimentum y porque yo hago las cosas a mi modo sui generis.
Resulta que Manuel Cervantes dicta “esto debe tener cierto mood, la melodía saldrá por ahí”. Así que construyo algo alrededor de una idea más abstracta que una línea musical. Lo que terminan siendo canciones, son meramente una aproximación a algo inexistente – así de pretencioso es el asunto. Yo lo definiría como un mal caso de sinestesia. (Y ojo, que ya había mencionado que la mitad del tiempo no sé lo que estoy haciendo).
Las primeras canciones que comencé a grabar para esta sesión fueron Letters From Seei y The Holy, la primera resalta en particular por estar en escalas mayores, cosa extraña para un disco de Stabilimentum. No se por qué, pero decidí darle al piano un lugar más grande en todo este asunto. (Al final, por usar mucho piano decidí reciclar esas ideas y hacer otro disco por ahí.) Solamente 2 canciones de 9 no hacen uso de un piano.
El título no tiene nada que ver con el Houses of the Holy de Led Zeppelin, el título lo saqué leyendo la ‘No-Divina Comedia’ de Zygmunt Krasinsky. Leí la frase “One must be God or nothing” y dije, “oh, esto tiene punch”. Al final descontextualicé algunas ideas y pasé cosas a mi historia. Y no, no es plagiarismo.
Trenches of the Holy narra en paralelo al capítulo 5 de mi libro “The Darkness of Brides”, pero desde una perspectiva más lúcida. Si no lo has leído, quizás es más fácil leer el contenido de este disco que el del libro, ya que cuando hice este disco en 2006/2007, yo no tenía planeado hacer un libro – pero la historia si estaba organizada en capítulos. El punto es que yo había dejado abierto ese capítulo de la historia con un grandísimo agujero y lo quería rellenar con el disco. La idea de hacer una historia global salió después.
Debo reconocer que la primera versión del arte del disco fue una verdadera basura. Se supone que había hecho 2 grandes JPGs que teóricamente se podían doblar haciendo una especie de ‘gatefold’. Pero estaban todos mal hechos, y a la portada también le faltaba caché.
Antes de que me digan “Bueno, pero el nuevo arte es igual”. Quiero decirles que no. No es igual. En efecto, como hice con el Volumen 1 al momento de remasterizarlo, le cambié un poco el arte sin perder la idea original. Aquí es lo mismo. Ya no quiero tener letras en una carátula de disco. No los confundan, si las letras no son integrales al arte de la tapa, entonces no tienen nada que hacer ahí.
Así mismo, hice un PDF que acompaña al paquete de descarga.
Pero lo más contrastante en los cambios, es la calidad del sonido, ya que esta vez si tenía los masters en lossless. Con decirles que hasta me llevaba copias del disco para irlas escuchando en el estéreo del carro, tomar notas mentales sobre el sonido y llegar a casa a arreglar diferentes cuestiones de producción. Y claro, hay mucho que aprender, pero es un gran paso a mi favor (espero).
Además le agregué un speech de J. Robert Oppenheimer sobre la creación de la bomba atómica. Algo oscuro y que parecería irrelevante, pero me gustan las implicaciones apocalípticas que se le pueden dar a lo que hace Lithia Sagradi en la historia.
“We knew the world would not be the same. A few people laughed, a few people cried, most people were silent. I remembered the line from the Hindu scripture, the Bhagavad-Gita. Vishnu is trying to persuade the Prince that he should do his duty and to impress him takes on his multi-armed form and says, "Now, I am become Death, the destroyer of worlds." I suppose we all thought that one way or another.”
Yo sólo espero que el disco no los asuste mucho.
Sos un snob
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