Esto de tener empleo y escribir así para el blog es medio desgastante, ignoro si en 2013 habrá Top 50. Pero siempre seguiré recomendándoles música, porque los buenos artistas merecen que su música llegue a diferentes oídos. Gracias lectores.
“[…]an album that unveils deeper levels of emotional impact and aesthetic dimension for a band that continues to challenge and captivate in ways that are entirely their own.” — Pop Matters
“[…]the rewards that come from immersing yourself in it are odd and profound.” — Pitchfork
“[…]they're certainly not having to struggle to appear as interesting as they did on arrival. If anything, they're getting more intriguing as they go on […]” — The Guardian
Cuando Ed Droste comenzó a grabar el disco Horn of Plenty en su alcoba bajo el nombre Grizzly Bear, seguramente nunca imaginó el alcance e impacto que tendría su música en pocos años. En un principio, su disco estuvo hecho para que solamente personas muy cercanas a él lo escucharan, pero era algo tan especial que su grabación se popularizó poco a poco. Christopher Bear tocó un poco de batería para el disco, pero terminó uniéndose al grupo, así como el bajista Chris Taylor. Después se unió Daniel Rossen, quien había vivido con Taylor un rato y finalmente se armó la agrupación completa.
Desde el comienzo, el sonido de la agrupación era muy particular, en principio porque nadie se hallaba en el grupo y en sus propias palabras “apestaban”. Sin embargo, esa dinámica llevó a un tipo de construcción musical barroca. Eventualmente se fueron acoplando y sacaron Yellow House y Veckatimest, lo cuál los llevó a tal reconocimiento que Jonny Greenwood, de Radiohead, los reconoció como su banda favorita.
Después de un extenso tour en promoción a Veckatimest, los integrantes de Grizzly Bear se dieron un tiempo para hacer lo que desearan. Chris Taylor en ese tiempo hizo un disco llamado Dreams Come True, bajo el nombre CANT, mientras que Daniel Rossen sacó mi EP favorito de 2012, Silent Hour / Golden Mile. Cuando regresaron a Grizzly Bear, volvieron a sentir esa incomodidad que tenían en sus comienzos, incluso grabaron todo un disco que después desecharon. Afortunadamente pudieron reencontrar la magia que los caracterizó antes y lograron grabar mi disco favorito del año.
Shields, en su construcción sui generis, suena meticulosamente desarreglado. La belleza del disco no es fácil de percibir: la paleta de sonidos de Grizzly Bear está corrompida por expresiones de melancolía e introspección, sonidos que buscan acentuar rasgos que ni siquiera existen en la música popular. Cuando uno descubre la magia detrás de cada arpegio o entonación vocal, el molde barroco de las canciones de Grizzly Bear se rompe, dejando ver arte en su estado más puro y orgánico.
Tags: Art Rock, Baroque Pop
Variation Picks: 01. Sleeping Ute, 02. Speak in Rounds, 06. A Simple Answer, 07. What’s Wrong, 09. Half Gate, 10. Sun in Your Eyes
Hasta luego.