El primero de Enero del presente, en un post sarcástico hice referencia al 4° Aniversario del proyecto Stabilimentum, a lo que Saurio hizo un comentario sagaz: “Cuatro años carajo, habrá algún disco de aniversario?” y R2 respondió con un: “seguro será un greatest hits”. Y como no hay tal cosa como un Hit hecho por mi (triste, lo sé), pues se tendrán que conformar con un disco de aniversario. {!¡?}
Ya tenía plantado en la cabeza el intentar restaurar de alguna forma la grabación de ultra-baja definición de The One Hue, pero me daba pereza, ya que el muy listo de Manuel Cervantes pensó que ya no necesitaría de las grabaciones originales después de haber subido una versión en mp3 de 128kbps del disco al internet.
Repitan conmigo:
F – A – I – L
Hay muchos consumidores de música que les importa poco la calidad de sus archivos y su biblioteca musical está saturada de mp3s de 128kbps o de menor calidad, “que por que así ocupa menos espacio”. Y claro, es cierto, pero también suena como bocina de teléfono (y obviamente exagero, pero sí suena a basura sonora). Hay otros incautos (la gran mayoría de las personas) que ignoran por completo la calidad de sus archivos y pueden tener desde mp3s de 96kbps hasta mp3 V0 y no tener puta idea de que es lo que está pasando. Otros tantos escuchan la música en bocinas de laptop donde TODO invariablemente sonará sin bajos y asquerosamente plano, en dado caso habrá que conseguir unos buenos audífonos (aunque las bocinas de PC tampoco son la octava maravilla, pero que le hacemos).
No me considero a mi mismo audiófilo, no me consigo discos en .WAV o FLAC, no compro viníles por su asombroso sonido reproducido analógicamente, pero si me jode escuchar música en baja calidad (a menos de que sea intencional, como las grabaciones lo-fi de Ariel Pink), y me jode más cuando es mi propia música la que estoy escuchando.
¿Y cómo se restaura un archivo pitero sin grabaciones originales? Pues supongo que en 4 años de grabar música he mejorado un poco mis técnicas para mezclar. Además tuve la excelente suerte de encontrar una grabación de Frozen sin procesar (en una carpeta completamente aislada a donde estaban los otros archivos), lo que me dio un incentivo para hacer una versión que sonara mejor. Al mismo tiempo decidí arreglar otros problemas de The One Hue, como errores en el Offset de The Indirakees, los milisegundos de interrupción entre los tracks The One Hue y Frozen, quitarle el efecto de doble sonido a Frozen, etc. No hice nuevas grabaciones ni cambié melodías. Al final el disco resultó 13 segundos más corto ¿?.
También tenía ganas de hablar un poco de la concepción del disco, ya que creo que cuando lo subí simplemente dije “ahí les va” o algo muy similar. Creo que puede resultarles interesante.
En Noviembre de 2005, poco tiempo después de haber terminado de grabar unos cuasi-demos en donde simplemente tocaba mi guitarra y grababa lo que saliera (Los Demos…Touché), decidí intentar algo más complicado, pero con la misma premisa: grabar lo que se me ocurriera en ese momento. Me resultó peculiar que esa misma forma de hacer música era la versión acústica de la escritura automática que impulsaba la historia escrita de Stabilimentum. El producto final de ese experimento me agradó tanto que a ese primer track le puse el nombre de uno de los dibujos que había hecho hace no mucho tiempo – Denying the Lightnings y lo integré al proyecto Stabilimentum. Curiosamente la construcción de ese track en específico es de esa forma ya que en esos momentos me vi forzado a usar un Demo de FL Studio (por que en un principio no tenía planeado hacer un disco) y no podía guardar cosas, así que en esencia, ese primer track es producto de tres diferentes sesiones de grabación. Al terminar de grabar ese tema me conseguí, obviamente, la versión completa del programa.
Unos pocos días después me dí a la tarea de visualizar, a grandes razgos, qué es lo que venía después o cómo podía integrarlo de manera eficiente a Stabilimentum. Así nació The One Hue, un disco que serviría como preludio a The Darkness of Brides. Dentro del libro había hecho ya algunas referencias a personajes que fueron importantes en el pasado, como Bled, Darik o Sophie. Esta nueva rama de la historia me permitía explorar sus historias sin la necesidad de desviarme en el libro y explicar de cierta forma qué fue lo que sucedió para que los personajes principales estuvieran en ciertos lugares y situaciones al inicio de la obra central.
En una de esas rarezas que me dedico a hacer, el tracklist fué lo primero que diseñé, más que nada para que me sirviera de guía para la historia que quería contar. Algunas cosas cambiaron, en específico los nombres para Moving… y Silently to Niwvodnia, pero eso lo explicaré luego. También hice una primera versión de la portada, que era realmente espantosa.
No sé por qué, pero me pareció natural y obvio hacer el disco en orden secuencial (error que rectifiqué mas tarde), así que seguí con The Syndicate of the Red Perfection, uno de los tracks más largos del disco. Reciclando una línea de música de The Division of the Kameyama Plant (parte de Los Demos…Touché), quise ejemplificar una parte de la historia que hace alusión a enfermedad y caos, lo cual llevó a los 4 minutos más antimelódicos del disco, pero para ese entonces ya sabía que el álbum tenía que tener algún tipo de cambio de dinámica si quería hacer que la historia escrita tuviera cierto paralelismo con el audio. El motif del resto de The Syndicate nació como dos años antes, en donde mi idea era usar esa línea en guitarra eléctrica para alguna canción con tintes punk. Así es la vida.
Quería que los tracks 3 y 4 tuvieran algo que los relacionara, finalmente hice una composición en guitarra acústica, que se convirtió en el track 4, y tomé una de las melodías para hacer el hilo del track 3. Tenía el título de éste último definido en Moving Eyes, pero también quería que los dos tracks tuvieran una conexión en sus títulos, y esa necedad me llevó a la oración “Figures passed and walked silently to Niwvodnia” y me pareció que de cierta froma Moving Silently to Niwvodnia tenía un hilo conductor como conjunción de títulos sin perder el significado del título original de la tercera pista. Moving… en mi opinión es el track que está más ligado con su equivalente escrito, y aunque no hay muchas variaciones en su contenido, durante su grabación usé uno de los instrumentos más extraños que pude haber usado: un globo amarillo. Después de eso pasé como 3 meses sin tocar el proyecto.
Tafio Rodriguez, héroe venezolano, al escuchar los primeros 3 tracks que había hecho (no terminé de grabar Silently to Niwvodnia), decidió enviarme un archivo de bajo ambiental que funcionaba perfectamente para el mood de Frozen, y fue el primer track con el que trabajé después del break (empecé a trabajar de nuevo en el disco al quedarme con la pedalera de Saurio). Terminé rápidamente Silently, y de ahí me arranqué para terminar el álbum en las vacaciones de verano de 2006. Después surgió The Indirakees, un track de 4 movimientos, cada uno hacía referencia a cada uno de los líderes Indirakees. No se que diablos pasó, pero el offset de la grabación se desajustó y tuve que crear grandes agujeros entre algunos movimientos, aunque no importaba mucho.
Ya había pensado en la melodía principal para The One Hue, un buen día estaba tomando una siesta y desperté con una tonada en un compás de 7/8 algo extraña, que en su momento no quedaba bien a la hora de grabar. Finalmente pude tomar algunas buenas muestras y surgió una grabación interesante. Al terminar de grabarla solamente pude soñar con esas líneas de guitarra (hay momentos en el track con 4 diferentes guitarras tocando diferentes melodías).
Finalmente Saurio pidió su pedalera de regreso, y todavía me faltaba el último track – Lithia Sagradi. De nuevo, ya había ideado algunas melodías en 11/8 y tenía una idea general de lo que quería, pero no me gustaba el tono de mi guitarra sin el pedal de Saurio, así que aprendí un poco de el uso de efectos y al final surgió mi track favorito del disco. Es importante mencionar que tiene se llama Lithia Sagradi, Pt. 1 por que el título del primer capítulo de The Darkness of Brides también se llamaba Lithia Sagradi. Y como en su momento también había organizado la historia de The One Hue en capítulos, me pareció conveniente hacer la distinción.
Para entonces, el arte del disco ya estaba ensamblado, con una portada decente y la historia escrita en su totalidad. Solamente me faltaba crear un flow entre canciones, en algunos casos resultó, en otros se complicó un poco. Al final, en Julio de 2006 terminé el disco y lo subí a gigasize.com.
Y ahora, en 2009, casi 3 años después he subido a mediafire una versión que suena mejor… pero que no cambia en mucho, digamos, una actualización necesaria. Los nuevos mp3s están en 224kbps. (Existen en 320kbps pero los .zips más grandes a 100MB requieren que tenga una mejor cuenta en mediafire, si quieren esos archivos se los puedo pasar por Soulseek o un CD, lol. También me pareció que los archivos de 224kbit/s no sacrifican mucha calidad y ahorran espacio suficiente). También hice un booklet nuevo en PDF, ¡con menos errores ortográficos y gramática corregida, yay!
No se si lo había mencionado con anterioridad, pero The One Hue es un disco que exige ser escuchado con audífonos (al menos una vez) y sin distracciones. Es una recomendación para poder apreciar la experiencia que quería lograr cuando terminé el disco: Imaginar la historia y hundirse en los sonidos para aceptar las experiencias, positivas o negativas, que la música pueda traer.
y para cuando el Manuel Cervantes Greatest Hits?
ReplyDeleteA duras penas alcanzaría para un EP.
ReplyDeleteSería como
1. Eastwick Nilofer
2. Denying the Lightnings
3. EH?
si haces un track que se llame "EH?" serás mi héroe
ReplyDeletede lo contrario robaré el título
y no importa el tamaño, queremos un Greatest Hits